…por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde …
Julio Cortázar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Corazón bostero :). Bella foto..
ResponderEliminarAh, no sé, habría que preguntarle a la margarita...
EliminarGracias, Caia.
Vale la pena acercarse a lo minúsculo, y en eso la cámara nos ayuda a ver lo que a nuestros ojos se les escaparía, no Betina? Esa florcita parece decorada por Yayoi Kusama, no?
ResponderEliminarAsí es, querida Eleonora, cuando se puede, al mundo hay que mirarlo de cerca.
EliminarJa, capaz que la princesa japonesa anduvo por mi balcón con su obsesión infinita!
si es una Margarita debo decir que vi pocas mas bellas... salu2...
ResponderEliminarDicen que es una margarita africana (pero yo la compré en un vivero de Palermo :).
EliminarLas margaritas comunes me gustan mucho también, pero esta de corazón azul es bella, sí.
Saludos, JLO, gracias por pasar.