Es lindo cuando está verde.
Y cuando sus hojas empiezan a amarillear.
Es lindo cuando se pone tricolor: rojo, verde, amarillo.
Y es mágico cuando el rojo lo invade y lo convierte en una gran antorcha de estrellas incandescentes.
Cuando se queda desnudo, sus ramas trazan extraños dibujos en el aire.
Y sus frutos-pequeños erizos sagrados- tienen la facultad de conceder buenos deseos.
Pero el secreto de su belleza no está en sus hojas estrelladas, sus colores, sus frutos.
El secreto de su belleza viene de una zona oscura y remota, inaccesible, una región subterránea donde se cuece, se mezcla, se inventa toda la hermosura del mundo.
Pequeño homenaje al liquid ambar, a un año de prestarme su nombre para inaugurar este espacio.