…por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde …

Julio Cortázar

21 de septiembre de 2012

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3 comentarios:

  1. Las blancas, las amarillas, los jazmines, las violetas, los nardos...todos ellos son algunos de mis preferidos.
    Que lindo ver una rosa en un rosal,en una casa, con ese perfume, las de las florerias se ven casì tan de plàstico.

    Saludos floridos.

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    1. Coincido! Me gustan todas esas flores (menos los nardos, son demasiado intensos).
      Y sí, no hay como una flor en su ambiente. A veces me gusta tener un ramito en casa (de jazmines, de fresias), pero me da pena lo pronto que se marchitan...

      Le retribuyo esos lindos saludos

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