…por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde …

Julio Cortázar

9 de marzo de 2015

Una tarde de marzo
















3 comentarios:

  1. La primera me fascinó. Lo que me gustó de todas es que se define el color intenso colorado del sol yendose, el azul del cielo aferrándose a ser azul aunque tarde o temprano tenga que morir; y las nubes no pierden esa textura blanca en ningún momento, por lo general acá las nubes adoptan el color del atardecer dependiendo el color que este adquiere; azul, naranja, rojo, violeta; pero éstas se lo llevaron hasta el final de la sesión. Gran selección, saludos.

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  2. Las tardes de marzo tienen en Miami aroma a primavera

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