…por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde …

Julio Cortázar

22 de enero de 2015

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2 comentarios:

  1. Hermosas fotos de las nubes en el horizonte marino. Mis mejores recuerdos de infancia y adolescencia se relacionan con tormentas por venir en una playa como esa.
    Un abrazo desde Suspende,
    L.

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    1. Las tormentas en la playa son tan intimidantes como bellas. También recuerdo algunas en mi adolescencia...
      Otro abrazo
      ps. quise mover el comentario al post correspondiente (en este, por cierto, no hay ni pizca de nubes), pero no sé cómo hacerlo.

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