…por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde …
Julio Cortázar
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1. ¡Leguisamo solo!...
ResponderEliminar¿"Parra qué le habrán puesto cabaios"? jaja
EliminarLa costumbre de coronar los tejados y torres con veletas se va perdiendo.
ResponderEliminarTal vez porque nos dé igual para donde vaya el viento...
Un abrazo
Es así, por eso me llaman la atención. Es un objeto del pasado, artesanal y muy bello en algunos casos.
EliminarY eso de "ir para donde nos lleve el viento" no siempre está mal, ¿no?
Un abrazo